Santiago se encuentra en la casa de su abuelo. A Santiago le gusta cocinar y esta noche preparó una cena deliciosa para su abuelo, Manuel. Se la preparó con mucho cariño porque cuando Santiago era pequeño, su abuelo le cocinaba cada fin de semana y ahora Santiago quiere devolverle el favor.
Después de comer, van a tomar una taza de café. Mientras el abuelo de Santiago lo prepara, Santiago se sienta en el sofá, listo para escuchar las historias que su abuelo tiene para contarle. Van a relajarse juntos, compartiendo historias y conversando sobre la vida. Incluso el perro de su abuelo salta al sofá y se pone cómodo. Unos momentos después, Manuel regresa con las tazas de café y las pone en la mesa junto a su nieto.
Santiago lo mira y le pregunta: "Abuelo, ¿cumpliste los sueños que tenías de niño?" Manuel sonríe y le responde: "Sí, mi querido Santiago, los cumplí. Una vez soñé viajar por el mundo, conocer diferentes culturas y vivir aventuras. Y felizmente lo pude hacer realidad."
Santiago continúa la conversación: "¿Qué países visitaste?" Manuel toma un poco de café y le responde: "Recorrí toda América Latina, desde México hasta Argentina. Conocí lugares fascinantes como las pirámides de Teotihuacán en México, Machu Picchu en Perú y las Cataratas del Iguazú en Argentina. Cada país tenía su propia belleza y encanto. Los visitaría de nuevo si tuviera la oportunidad."
Santiago le pregunta: "Bueno, ¿alguna vez te perdiste durante tus viajes?" Manuel se ríe porque tiene una historia para Santiago y se la cuenta con una sonrisa:"¡Oh, sí! Hubo una vez en Brasil que me perdí en un laberinto de calles estrechas en Salvador de Bahía. No las distinguía una de la otra. No podía encontrar el camino. Pero gracias a la amabilidad de la gente local, logré encontrarlo de nuevo."
El tiempo pasa volando mientras Santiago y su abuelo comparten risas y anécdotas. Santiago le dice a su abuelo: "Eres una fuente inagotable de sabiduría y experiencias." Manuel le responde con cariño: "Y tú, Santiago, eres mi mayor orgullo. Me alegra poder compartir estos momentos contigo y verte crecer."
El café se va enfriando y Santiago y su abuelo continúan pasando tiempo juntos y compartiendo historias.
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