Dos amigos, Juan y Pedro, están cenando juntos después de muchos años sin verse. Ellos crecieron en el mismo vecindario y ahora están pasando un rato juntos para hablar de los recuerdos y los buenos momentos.
Mientras disfrutan de su comida, Juan le comenta a Pedro, "¿Te acuerdas cuando jugábamos fútbol en el parque todos los días? Éramos inseparables. Siempre pasábamos horas corriendo y riéndonos juntos". Pedro sonríe y responde: "¡Claro que sí! Además, no puedo olvidarme de cuando construimos nuestra propia casa en el árbol. Pasábamos muchas tardes allí también."
Juan continúa: "Recuerdo ese verano que fuimos de excursión a la montaña. Aunque tuvimos que caminar por horas, fue una experiencia inolvidable". Pedro está de acuerdo: "Sí claro, ¡fue un viaje increíble! También me acuerdo de cuando nos disfrazamos de superhéroes para el carnaval. Ese día fue muy divertido también."
Entre risas y anécdotas, los amigos siguen recordando su infancia. Juan menciona: "¿Te acuerdas de esa vez que nos metimos en problemas por saltar en los charcos después de la lluvia? Terminamos empapados, pero nos divertimos mucho". Pedro agrega: "Y no puedo olvidarme de los cumpleaños. Siempre organizábamos fiestas divertidas con todos los amigos del barrio."
Mientras continúan compartiendo sus recuerdos, Juan de repente exclama: "¡Ah! Y cómo olvidarnos del verano que aprendimos a nadar en el río. Fue un logro para ambos."
Después de la cena, se despiden con abrazos y prometen volver a reunirse pronto. Aunque la vida los ha llevado por caminos diferentes, siguen teniendo esos recuerdos compartidos que los mantienen cerca.
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